Mi música: Tanto con tan poco

domingo, 21 de noviembre de 2010

Qué hacen las escuelas y las familias

  Las autoridades de las escuelas no saben muy bien qué hacer ante estos casos ni como acompañar a las familias en esta situación. Muchos chicos caen en depresiones y se niegan a concurrir a la escuela y a reuniones por lo intolerable que les resulta la situación. Y muchos otros pretenden ignorar al agresor o agresores sin lograr que dejen de molestarlo, aunque sea por cansancio. Otros muchos deciden contarle a sus padres su padecimiento pero, al concurrir éstos a la escuela, no encuentran la contención y la solución al problema, y lo que es aún peor, muchas veces las autoridades terminan por convencerlos de que su hijo o hija es anormal por no reaccionar ante la agresión.

  Por suerte son muchos padres los que tienen la sabiduría de fortalecer la autoestima de sus hijos al enterarse de la situación, pero no es el común de los casos.Lo más común es que los chicos no cuenten su situación y busquen salidas autodestructivas: adicciones, aislamiento y suicidio inclusive.

  La escuela no puede asumir la solución porque ahora el fenómeno se ha extendido y los mismos docentes son víctimas de los "bully", alumnos que atacan a sus maestros porque se niegan aceptar sus resoluciones y directivas. Se conoce el caso de maestras que han rodado por las escaleras de la escuela empujadas por estos sujetos y otras u otros atacados con diferentes objetos.

  Cuenta Nora Rodríguez, pedagoga argentina experta en bullying y residente en España, autora del libro «Guerra en las aulas» el caso de un niño de catorce años que siendo objeto de burla de amigos y compañeros, sufriendo de un acoso continuo, termina suicidándose después de sufrir la rotura de su dentadura a causa de una paliza, soportar que le hicieran comer tierra, y lo acusaran de fumar marihuana entre otras cosas. Todo comenzó el día en que este chico, preso de una diarrea, no puede controlar sus esfínteres en clase. De la mofa pasan a los golpes e incluso al año siguiente, "festejan" ese episodio decorando el aula con papel higiénico ridiculizando y humillando nuevamente a su compañero.

  Esta pedagoga comenzó entrevistando a personas que sufrían hostigamiento en sus trabajos (mobbing) y así descubrió que gran parte de esas personas habían sido víctimas de burlas y abusos en la escuela. El gran peligro está en que a veces, los agredidos y abusados también se convierten en agresores por inducción y reaccionan de la peor manera como consecuencias de soportar durante años las agresiones.

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